Son dos idiomas distintos. Por un lado, existe el castellano. Por otro, el castellano para periodistas deportivos (CPD).
En castellano, por ejemplo, un gol se hace, o se anota (en el marcador), o se marca (en el marcador también). En el CPD un gol se “convierte”. ¿En qué se convierte? Eso es un misterio y ya sería demasiado pedir que los periodistas deportivos solucionen sus propios enigmas.
Supongo que el uso de “convertir” como sinónimo de “hacer” o “anotar” puede haber nacido cuando algún periodista deportivo políglota (es decir, que maneja tanto el castellano como el CPD) dijo un día que un penal o un tiro libre se “convirtieron” en gol. Pero luego otros colegas no políglotas (solo hablan y leen en CPD) pasaron a usar el “convertir” para todo gol y circunstancia. Y ahora los goles se “convierten”, aunque no sabemos en qué.
La Real Academia no acepta ningún uso de “convertir” como sinónimo de hacer o anotar. Pero eso no detiene a los cronistas deportivos. Ellos le dicen a sus esposas: “hoy no me esperes a cenar porque tengo que convertir una entrevista”. O en la redacción aconsejan a los jóvenes que se inician en el periodismo deportivo: “no olvides llevar un bolígrafo para convertir las declaraciones de tu entrevistado”.
(La RAE, en cambio, sí admite el uso del verbo “saltar” como sinónimo de “salir a la cancha”, tal como es usado y abusado en las páginas de deportes. Yo tengo mis dudas porque he ido cientos de veces al estadio y nunca vi a un equipo entrar brincando al campo de juego).
Hay otras diferencias entre el castellano y el castellano para periodistas deportivos. En castellano, se dice de un crack que destaca por sobre sus compañeros es un jugador preponderante o sobresaliente. El CPD se dice que es una “figura excluyente”.
El caso es curioso porque el diccionario dice que excluyente quiere decir: “que excluye, deja fuera o rechaza”. Y no veo que los jugadores sobresalientes excluyan o rechacen a nadie. Más bien es al contrario, los jugadores sobresalientes son “incluyentes”, porque a su lado, con ellos como directores de orquesta, todos se lucen. En la NBA, por ejemplo, todos son basquetbolistas geniales jugando al lado de un Rondo o un Kobe Bryant.
Pero el CPD tiene sus propias reglas y hay que aceptarlas. Un crack es una “figura excluyente” y listo. Nada de sobresaliente. Por eso los periodistas deportivos festejan cuando sus niños sacan un “excluyente” en la escuela. Es un día muy especial para ellos, digno de “convertirlo” en el almanaque.
Otro caso es el del futbolista imposible de controlar para sus rivales. En castellano se dice que es imparable o incontrolable. En CPD es “intratable” y también “insoportable”.
Si a usted está en su hogar y siente que desde la vereda le gritan: “¡Excluyente! ¡Intratable! ¡Insoportable!”, usted debe fijarse bien quién se lo dice. Si se trata, por ejemplo, de un plomero o un taximetrista, sin duda usted está siendo insultado y de muy fea manera. Pero si se esos gritos son proferidos por un periodista deportivo, no cabe duda que usted está siendo alabado y elogiado a más no poder. Siéntase orgulloso. Salte a la calle con alegría. Y si quien le dice estas palabras es una cronista deportiva mujer, ése es su día de suerte: le están convirtiendo un piropo. ¡Felicitaciones! ¡Lo espera una velada excluyente!
Artículo de Leonardo Haberkorn
Prohibida su reproducción por cualquier medio, tradicional o digital, incluyendo cadenas de mails.
Derechos exclusivos blog El Informante
el.informante.blog@gmail.com
1.7.10
Últimos comentarios
Páginas vistas
Etiquetas
accidentes de tránsito
Alejandro Atchugarry
Alemania
Alimentación
Álvaro Moré
Amodio Pérez
Ancap
Andes
Argentina
Artigas
aviación
Bicentenario
Bolivia
Brasil
Caraguatá
Carlos Koncke; Alejandro Vegh Villegas
Carlos Liscano
Cesáreo Berisso
charrúas
Che Guevara.
Checoslovaquia
Chespirito - Roberto Gómez Bolaños
Chueco Maciel
Ciudad de la Costa
Comunidad Jerusalén
Creative Commons
Crónicas de sangre sudor y lágrimas
Crónicas y reportajes
Cuba
Cultura
Daniel Castro
Daniel Vidart
Daniel Viglietti
delincuencia
Democracia
Derechos humanos
diarios
dictadura
Doble discurso europeo
Drogas
Eduardo Galeano
Eduardo Pérez Silveira. Libros
educación
El Chavo
empleados públicos
Engler
Enrique Tarigo
entrevistas
ETA
Evo Morales
Fernández Huidobro
Fernando Parrado
financiamiento de los partidos políticos
Fito Páez
Fuerzas Armadas
Fútbol
Gabriel Ohanian
Gabriel Pereyra
Gavazzo
Gente que no sabe leer y tergiversa lo que uno escribe
Gerardo Caetano
Grasas trans (transexuales)
guaraníes
Günter Wallraff
Herencia maldita
Historia
historia reciente
Historias tupamaras
Historias uruguayas.
Hotel Carrasco
Hugo Alfaro
Hugo Batalla
Hugo Bianchi
Intendencia de Canelones
internet
Israel
Italia
Jaime Roos
Jorge Batlle
Jorge Lanata
Jorge Zabalza
Jose Mujica
Juan Salgado
La República
Leonardo Sbaraglia
Liberaij
Libros
Libros. Liber
Literatura
Luca Prodan
Luis Almagro
Luis Lacalle
Luis Lacalle Pou
Madonna
Maltrato animal
Maracaná
Marcelo Estefanell
Mario Benedetti
Medicina
Medio ambiente
México
Michael Jackson
Miguel Ángel Campodónico
Milicos y tupas
MLN-T
Montevideo
Música
Neber Araújo
Nelson Sosa
nombres raros
Óscar Padrón Favre
Oscar Tabárez
Pablo Cuevas
Paco Casal
Palestina
Paraguay
Partido Colorado
Partido Comunista
Paz
Peñarol
periodismo
periodismo cloacal
Perú
PIT-CNT
Plagios y otras situaciones dudosas
Pluna
Política
Política uruguaya
Pollo homosexualizante
Primavera de Praga
publicidad
Racismo
Radio
Raúl Sendic
redes sociales
Relato Oculto
Renzo Pi Hugarte
Roberto Canessa
Rock
sabihondos
Salud
Sin comentarios
Sindicalismo
sindicatos
Sirios en Uruguay
Sobre lo políticamente correcto
Sonia Breccia
Sumo
Televisión
Tenis
terrorismo
tortura
trabajo
Twitter
Uruguay
Venezuela
Víctor Hugo Morales.
Violencia doméstica
Visto y/o oído
zoológico
Atención
Los derechos de los textos
publicados en El Informante
pertenecen a Leonardo Haberkorn.
No se permite la reproducción
sin autorización del autor.